El color del Dinero… Nocturno

(Cuento)
David Ballinas Marín

El calor es intenso, como los que solemos tener en primavera por esta región. Diviso por una desvencijada ventana de la cocina que ninguna pizca de aire corre porque las hojas de un desnutrido almendro que está a orillas de la calle no se mueven. Impaciente espero la llegada de  los” cuates”. Ya son casi las 10:30  de la noche y  mi mujer y mis 3 hijos duermen en un cuarto contiguo en un viejo colchón kinzise tirado a media habitación , oigo casi seguido el lloriqueo de algunos de ellos y el shit de mi mujer tratando de calmarlo. A través de la penumbra del cuarto diviso la cajetilla de cigarros que está en la mesa en donde comemos, la alcanzo para sacar el penúltimo que queda. En la vecindad me supongo que nadie sabe a qué me dedico, mi mujer sospecha pero se hace de la vista gorda porque desde hace algunos meses no le falta dinero.

Oigo un fuerte silbido, señal clave de que la banda está esperándome en la esquina. Sigilosamente cierro la ventana y de puntillas apresuro el paso hacia la puerta, de pasada agarro mi navaja de cacha de madera. A esas horas en penumbras y desolado nos sentimos amos del andador numero 12  manzana 15 de la colonia solidaridad. En la esquina me esperan  recostados en un “vocho rojo”, “el carita” “cacheton” “el cuico” y  “ el lavativa”. – Qué onda guey, al deshuasaderó o directo a la chinga – . Pinché ” vochito” va cargadito y con estas calles boludas de la colonia pega su pobre pancita. – Por los cinemas esta bueno el negocio o ustedes decidan – “Esta bien, en la noche es mejor por ahí”.

He pensado que es la última vez que salgo con estos cuates, ya me tiemblan las piernas cuando oigo la chota.

“viejaa  tocan la puerta mira quien es… “
“otra vez, pinché pantalón donde lo deje”
“vooy, chingaos que tanto escandan…”
“oigan que ondas con ustedes, aquí están en mi casa y …”
–ladrón pendejo, ahora si te jodistes –
“ De, de que me me acusan, yo no …”
–No te hagas del baboso ahorita mismo te vas a reunir con tus cuates”

Me duele la boca y apenas veo con un ojo, no sé si fue con la cacha o con el puño que me pegaron.
–súbele guey, aquí están tus carnalitos que nos dijeron donde vivías y que también te gustaba la uña a mano armada –

“qué onda guey, o todos chiboludos o todos parejos”

Ya no estoy pa reclamarles, pior con mi boca inflamada . Pa la otra ando por mi cuenta.

–Shitt dormite ya. Tenes un mes que puro llorar sos  por la noche. Callate  que tú papa va a salir —

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