* No hay transparencia en gastos
* Fomento productivo, desplazó a cañeros de Chiapas
Segunda parte
Antes de continuar con la segunda parte de este reportaje, es oportuno aclarar que se buscó a través de un interlocutor obtener el posicionamiento del Grupo Porres ante los acontecimientos que vive el sector cañero en Huixtla, así como conocer su opinión sobre algunas situaciones que el productor denuncia, lo cual fue imposible. Se hace esta observación para dar cumplimiento al derecho de Réplica que marca toda ética periodística.
Como se señalaba en el anterior reportaje, la producción cañera si bien es cierto vino a ser una fuente de empleos, de generación económica para los costeños, eso se dio al principio de las actividades productivas, ya que conforme el tiempo pasó las ganancias obtenidas por cada agricultor fue mermando, ya sea por la aparición de plagas, el bajo rendimiento en el cultivo, por el cambio climático, el incremento en los costos de la cosecha, pero también por factores externos.
Al entrevistar a uno de los productores sobre el costo de producción que tiene, nos refiere: “Aquí se paga por todo, todos piden su cuota, desde quienes ordenan la quema que es señal de que se va a cortar la caña, el cabo de cuadrillas, los cortadores, todos, en algún momento hay que darle para sus refrescos”.
Cuando se ordena el corte pasan algunos días para la preliquidación que se hace al 80% del costo por tonelada de caña, queda un 20% que se adecuará según se tenga el precio final de la tonelada de la vara. Pero de esa preliquidación surgen todos los gastos como son:
Fertilizantes, gastos de cosecha, socas y resocas, intereses sobre el costo de los fertilizantes y químicos que se aplica a la caña cantidad que nunca se tiene el total ni se conoce con certeza si se aplicó. Por ejemplo: si se le fumiga químico para la maleza, el litro de ese químico en cualquier veterinaria se compra a 120 pesos, pero en el ingenio ese mismo litro sale en 190, pero aparte por ese dinero que nos presta la empresa se cobra un interés. Lo mismo sucede con el madurador, tiene su alza comprarlo en la empresa. Viene la fumigación aérea que tampoco sabemos cuánto se utiliza en esa labor cultural, ellos tiran el madurador y ya.
Aparte se descuentan tres pesos por provisión de caminos, dependiendo el número de toneladas que ingresa al batey. “Pero tampoco de ese dinero se nos informa en asamblea cuánto se generó y cómo y en qué caminos se emplearon. Por ahí le dan una bañadita de grava a unos caminos y total”, explica el cañero. Tampoco conocen si ese mismo descuento se le hace al grupo Fomento Productivo, quienes son los que más hectáreas poseen.
Del descuento de costo de cosecha se hace también un descuento que estamos obligados a entregar a la agrupación cañera nacional y otro descuento a la cañera local, más o menos como 2 a tres mil pesos según las toneladas de caña, de intereses son como otros tres mil pesos. El costo de cosecha en unas 500 toneladas se paga aproximadamente 60 mil pesos o más.
Por si fuera poco, tenemos la cuota mayor, el pago al IMSS que superan los 15 mil pesos dependiendo también lo que se reporta, pero ese pago es sólo por el tiempo de zafra, en los demás meses el trabajador no tiene derecho al seguro social. A esto se le suma el descuento por gastos distribuibles que es un fondo para apoyar a los productores que se les siniestra su caña por accidente de quema o por otro motivo, y también hay que tomar en cuenta la masa común.
En el caso que se tiene actualmente el haber dejado a más de 157 productores con miles de hectáreas sin cortar, corresponde al ingenio Huixtla pagar un porcentaje, y otro porcentaje se toma de los gastos distribuibles, en eso está el jaloneo, porque mientras el Grupo Porres ofertó liquidar 150 pesos por tonelada, los productores exigen 180 pesos, los 20 pesos restantes sería tomado de la partida de gastos distribuibles, pero no se tiene acuerdo aún. Los cañeros alegan que si no hubo corte de esas parcelas fue por las mismas fallas de la procesadora.
En este aspecto los cañeros dicen: “nomás nos mencionan en nuestra liquidación lo que nos descuentan del distribuible pero nunca nos informan qué se hizo con ese dinero, a quién se le pagó por pérdida de cosecha”.
Por si fuera poco, está el descuento para combatir plagas y si se solicita crédito, también el interés es alto. Hay otros gastos por pagar, por ejemplo, si la parcela está muy enmontada, el cabo del grupo pide más dinero por el corte; si la parcela tiene bajo rendimiento en caña también se aumenta el costo del corte. Se agrega a los gastos el pago a los alza- caña, que son aquellas personas que recogen lo que las alzadoras o los camiones dejan tirado en la parcela, el ingenio paga este trabajo en 400 pesos por hectárea pero el productor debe dar otros 200 pesos para que no se quede mucho producto perdido.
En la quema, los inspectores suelen avisar un día antes para esa labor, muchas veces ni el productor está preparado, o bien ordenan la quema en horas de mucho viento y por eso el fuego siniestra otras parcelas que no están a punto.
El acarreo de la vara según sea la distancia así se cobra por parte del transporte, pero si le queda medio camión ya no se recoge, a menos que el productor pague 500 pesos extra por ese servicio.
Otro problema es que muchas veces tiran el madurador a la parcela, pero por los retrasos que hay en la maquiladora o en el mismo corte muchas hectáreas con el endulzante se quedan a la espera, si se pasa mucho tiempo esa caña ya no tiene peso y la pérdida es para el productor nunca para la empresa, de ahí que se debe estar muy al pendiente en los tiempos de quema.
Fomento Productivo
Este sector, dicen los cañeros, es un grupo que se fue formando a instancia de la misma empresa. No es más que un grupo de personas muy cercanas a la empresa, incluso ex trabajadores de la planta, quienes se han dedicado a adquirir grandes extensiones de tierra en los municipios cercanos, principalmente en Acapetahua, Escuintla, Tuzantán y recientemente compraron terrenos del rancho Los Angeles.
Por descuido de los líderes tanto de la Pequeña Propiedad como de la Asociación de Cañeros, se les permitió a ese grupo ingresar su producto al ingenio, pero ellos ganan siempre ya que los primero cortes, las primeras maquilas son para ese grupo, “ya no le importa a la empresa si nuestra caña se corta, ellos tienen suficiente materia priva, las más de 6 mil hectáreas compradas les suministra lo que ellos quieren”, explicó un día en entrevista Abraham Escobar Arias.
Otra vía para la demasiada producción fue una idea de fincar en Mazatán una empresa para producir etanol, donde muchos cañeros deseaban participar, pero de la noche a la mañana ese proyecto desapareció misteriosamente.
Los liderazgos en los dos grupos de productores no han sido satisfactorios ni de gran beneficio para los cañeros, “por desgracia siempre sucumben ante las imposiciones de la empresa, no podemos oponernos para que todo se haga conforme al convenio firmado”, explica uno de los más antiguos cañeros.
Cabe recordar que unas de las acciones de rebeldía de los agricultores fue cuando decidieron expulsar como líder al presidente de apellido Hidalgo, a quien acusaban de enriquecimiento ilícito. Se dijo que en el tiempo que estuvo al frente de la CNC logró adquirir ranchos, camionetas, ganado, etc. Misma denuncia se hace de los otros líderes, pues –comenta uno de los productores entrevistados- “ahí hay de una sopa, aceptar la plata, así están las cosas”.
Cuando algún sembrador de caña ha decidido no acatar todas las imposiciones del ingenio como es comprar con ellos el fertilizante, permitir la fumigación aérea, ese productor tiene problemas para que le corten, o bien lo dejan al último o simplemente no le cortan, explican los afectados.
La contaminación
La gran contaminación aérea que provoca no sólo el cultivo de caña sino la quema y la maquila en la fábrica, es ya preocupante. Hace dos años en una celebración del día internacional de los Humedales, esta reportera fue invitada a una gira de trabajo por los esteros de la costa de Escuintla y Acapetahua. La invitación la hizo directamente la Comisión Nacional de Areas Protegidas.
En esa gira a la que asistieron medios estatales y nacionales, se dio a conocer por los biólogos de la oficina gubernamental sobre la gran contaminación que se tenía en los esteros, ríos y el mar. Contaminación que provocaba ya la muerte de miles de peces, de fauna que se tiene en los manglares y de los mismos manglares. “Ni siquiera se atrevan a bañarse en esas agua”, fue tajante la bióloga que vino de la Ciudad de México.
Esa misma noticia se conoció hace cuatro años, cuando pescadores del Ejido Esperancita, en el municipio de Huixtla, invitaron a este medio a realizar una visita a su ejido. El biólogo particular encargado del proyecto de cría de camarón y de mojarra mediante el método de jaulas, dijo en esa ocasión: “De acá se sacaban toneladas de camarón y de pescado, pero con la contaminación que provoca no sólo el ingenio con sus químicos de cosecha y sus químicos de la maquila, más los químicos para la palma y el mango, el maíz, las aguas negras no tratadas, entre otras sustancias, ya se acabaron la pesca en esta zona. Miren el tamaño que llega una mojarra, al tiempo que sacó de la jaula una pequeña especie como de 12 centímetros. Ustedes pueden ver que a mayor contaminación mayor cantidad de lirio, lo que también acaba la producción de peces”.
Recientemente el alcalde del municipio de Tuzantán, el de Mazatán y pescadores de la zona sostuvieron una reunión de trabajo con la finalidad de buscar una solución a esa terrible contaminación. Entre las propuestas que hacen los pescadores de aquella zona está obligar al ingenio de Huixtla que modernice su planta de tratamiento para limpiar las aguas que arroja, que la ponga a trabajar todo el tiempo de zafra. Obligar a los municipios a utilizar plantas de tratamiento de las aguas negras porque hoy no se le trata. También abonar a la propagación del cultivo sustentable orgánico, sin el uso indiscriminado de pesticidas, como el gramoxone, que según datos de organizaciones ambientalistas tarda 20 años en desaparecer de la tierra.
En una reunión sostenida hace cuatro años con pescadores de la barra de San José narraban que en una ocasión después de tantas denuncias ante la autoridad federal por la contaminación de sus aguas, llegó un enviado gubernamental para verificar esa planta de tratamiento del ingenio, pero después de esa “supervisión”, nada pasó, el problema se agravó.
En un recorrido realizado por el cantón San Fernando hace cinco años, se pudo observar cómo las aguas negras de Huixtla más los residuos del ingenio Huixtla desfogan directamente a los esteros, nadie ha podido frenar esa agresión al ambiente, todos callan (políicos y funcionarios), ante los desastres ecológicos que se causan por el “bien de la bonanza económica del cultivo de caña, pero a qué precio”.
Los últimos datos de conocido hematólogo, el doctor Raúl Castellanos, a quien se le entrevistó al respecto fue categórico: la contaminación en el cultivo de caña perjudica, no sólo con la fumigación sino con la misma quema, expresó. Se aumentan los casos de leucemia principalmente, pero también van a la alza los casos de alergia porque con esos químicos, esas cenizas se provoca que la cadena inmunológica se rompa y dejamos más indefensos a nuestra gente para que contraiga enfermedades, deformación en los niños”.
La última noticia que se tiene del conflicto cañero es que ponen ultimátum a la empresa, si para el jueves no hay respuestas a su demanda viajarán en caravana a Veracruz donde se encuentra la presidencia del corporativo Porres. La idea es sentar nuevas bases para una relación empresa-productor más justa, más transparente.
Para evitar está pérdida de la salud en los humanos, animales y cualquier ser vivo de la cadena ecológica, es que en Europa se tiene prohibido utilizar químicos vía aérea, incluso se niega la compra a productos del campo que utilicen esos líquidos. En América, Colombia ha prohibido la fumigación aérea, ¿cuándo lo hará México, y en especial Chiapas que tiene un gobierno ecologista? Nota de Margarita Moreno Soto.