* Desorganización en la entrega, se quejaron habitantes
* La Unidad Deportiva se convirtió en una fortaleza policiaca
* No llegaron todas las escrituras, denunciaron colonos
Por Margarita Moreno Soto
En lo que fue el acto más vigilado de un gobernador debido a que en Huixtla siempre se han presentado actos que afectaron los actos del Ejecutivo, este martes desde las ocho y diez de la mañana las personas que fueron citadas a la Unidad Deportiva para recibir sus escrituras o su fertilizante para el campo, tuvieron que esperar entre ocho y diez horas rodeados de muchos policías.
“Nos tienen desde temprano en este cerco, mire, no podemos salir a comer desde la mañana”, expresaba una de las beneficiadas con escritura. Esta mañana de martes se montó un hermético dispositivo de seguridad con guardias que fueron traídos de diferentes municipios, tan sólo Tuzantán envió dos patrullas con muchos agentes. Unos vestidos con el uniforme y otros con ropa de civil, el tema era no dejar pasar a nadie que no tuviera el aval de Provich o de la gente de la Secretaría del Campo. No querían más escándalos. Así fue, no se presentaron maestros, padres de familia o líderes social, simplemente no pudieron ingresar.
Los maestros de ceremonia se cansaron de estar haciendo la espera menos pesada a los que asistieron, ya para las tres de la tarde guardaron silencio, la voz se había afectado. Afuera en dos garitas algunas personas esperaban que su familiar saliera del acto, porque por lo hermético del evento sólo podía ingresar el beneficiario de la escritura con credencial de elector en mano y copia de su escritura o el beneficiario de los insumos para el campo, nadie más.
Afuera estaban grupos de personas que pretendían entregar algún documento a los funcionarios del gobernador y al mismo gobernador, pero no, nadie podía franquear el cerco vigilado cada diez metros por dos policías. Desde la entrada al Boulevard Jaime Fernández el paso fue cerrado, el servicio normal y de transporte colectivo desviado hacia las colonias Cañaveral y Torrecillas, o las personas que acudían al Juzgado Civil lo tuvieron que realizar por la calle Juan Sabines, dar la vuelta hasta la colonia Vida Mejor.
Los que hicieron su agosto en pleno diciembre fueron los vendedores de tacos, las paletas, aguas frescas, “ojalá viniera todos los días el Güero para que vendamos todo”, decía un vendedor de agua. Como no alcanzó la comida, mucha gente que estaba dentro de la Unidad Deportiva se tuvieron que conformar con las papitas, los chicharrines, aunque con ello perdieran la dieta.
Desorganización
Desde luego que entregar 800 escrituras no es fácil, menos cuando no hubo orden, cuando no se le informó a la gente los documentos que debían llevar como requisito, por ejemplo la copia de elector. Cuando no se colocó en las mesas de atención de qué colonia se trataba y de qué lote. En comparación con la enorme manta que colocaron a las afueras de la entrada, faltó un poquito de cerebro para ordenar la entrega en las mesas. Algunas personas reclamaban que los beneficiaros no podía acudir por enfermedad o porque estaban trabajando, nada. La orden fue tajante: “tiene que venir el dueño de la escritura”.
“Mire usted, yo no aparezco en la lista, ya me buscaron en todas las mesas ¿qué va pasar con mi escritura, cómo le hago”, preguntaba un infortunado hombre desesperado porque desde las diez de la mañana se formó en todas las filas para pasar mesa por mesa y no encontró su anhelado documento. “Mire, pasen a aquella mesa, señalaba el funcionario de Provich, todas las personas que no aparece su escritura que se anoten en una lista para que busquemos su escritura y les avisemos cuándo pueden pasar por ella”.
Al instante todos los preocupados colonos se formaron en la fila, pero cinco minutos después llegó otra contra orden, esta vez de Martín Gómez el delegado de Provich en Tapachula. “Ya no van a entregar acá las escrituras, todos para adentro”. Otra vez los infortunados habitantes peregrinos que no tenían la certeza de recuperar su documento se quedaron sin noticia alguna.
El ruido del motor del helicóptero del gobernador Manuel Velasco sacó del sueño en que estaban todos los policías colocados en el perímetro de la Unidad Deportiva. Eran las tres de la tarde con 58 minutos, el sitio para que descendiera la nave quedó señalado previamente al igual se marcó donde debía esperar el alcalde de Huixtla, además de funcionarios de Provich y otros más.
Del helicóptero descendió el gobernador lo acompañaba el licenciado Aguilar Bodegas, caminaron unos metros, saludaron a los anfitriones y en carrera llegaron al pódium dónde ya la gente los esperaba, pero con un gran cansancio, asoleados porque en algunos lugares el sol hizo lo suyo.
El locutor anunció a los invitados, pedía a todo pulmón el aplauso, pero los presentes después de ocho horas estaban cansados. Tomó el micrófono el edil de Huixtla, con su forma peculiar de hablar agradeció la presencia del gobernador, la emoción lo hacía tartamudear. Breve mensaje, dos o tres minutos. “Acá está mi gente, nosotros le agradecemos al señor gobernador todo apoyo para Huixtla”, expresaba. Tocó el turno al micrófono la gente de Provich, y después los de Secretaría del Campo para dar paso al gobernador del estado. Con 20 minutos fue suficiente, el acto culminó con la entrega simbólica de escrituras y bolsas de fertilizante a cada beneficiario. El gobernador se retiró, en menos de media hora.
Pero en la Unidad Deportiva, los colonos seguirían en busca de su escritura por largo rato.