Leyenda/ Rubelin Pérez Roblero
– Dicen que por los lugares mas oscuros de Huixtla, se puede uno encontrar con el zipe, los que lo han visto cuentan que es un niño de tez morena, que camina con los pies al revés. Dicen que «es negrito porque se alimenta de carbón que roba de los hornos de pan». Y que le gusta hacer travesuras a los animales y a las personas.
Contaba un huixtleco la historia que hace muchos años vivía cerca del panteón de Huixtla, al oriente de la ciudad. Para llegar a su casa tenia que pasar por un paraje de muchos árboles frutales conocido como El Chichal, narra que un día se le hizo muy noche para llegar a su domicilio, el siempre andaba en bicicleta, en ese entonces utilizaba una tipo turismo de diablos en la llanta trasera en donde se podía llevar una persona mas.
Eran cerca de las once de la noche de esa ocasión, cuando pasaba por el oscuro paraje, el se detuvo para agarrar valor y cruzar el chichal, pues se rumoraba que en ese lugar espantaban, era una cuadra completa sin casas y ni una sola luz que iluminara la calle. Decidido, inicio él trayecto, iba a media cuadra cuando sintió que su bicicleta se hacia mas pesada y lenta al avanzar, de pronto alguien iba de pasajero en los diablos de su vehículo y se apoyaba con las manos en sus hombros. Temeroso muy lentamente volvió la cabeza para ver quien era su pasajero.
Su cuerpo se le enfrió, sus piernas no le respondían, solo vio unos ojos enormes y una fila de dientes blancos que brillaban al sonreír. ¡¡El zipe iba a bordo!!.
Armándose de valor, como pudo llegó al otro extremo del chichal, al llegar a la primera casa sintió que su paso se aligeraba, al volver nuevamente la vista, nadie viajaba con el. Pero su corazón palpitaba aceleradamente. Desde entonces decidió llegar mas temprano a su hogar, ya que no quería volverse a encontrar con el zipe o el «negrito come carbón» como otros lo conocen.